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Desórdenes de Alimentación en el Autismo: Un Problema Prevalente y Complejo

Los desórdenes de la alimentación en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) son una de las áreas menos comprendidas, pero profundamente impactantes, en la vida de las personas con esta condición. Estudios recientes sugieren que los problemas alimenticios afectan a una gran parte de la población autista, con cifras que alcanzan hasta el 89% en niños con autismo.

En este artículo exponemos de forma resumida algunas causas, manifestaciones, mitos y consecuencias de los desórdenes alimenticios en el autismo, y por qué es crucial formarse, actualizarse y abordarlos con un enfoque integral. Además encontraréis muchos enlaces en color verde para que sigáis conociendo esta problemática porque es muy extensa y requiere de muchos subtemas.

 

Algunas causas de los Desórdenes de Alimentación en el Autismo

Los desórdenes de la alimentación en el autismo suelen estar relacionados con una combinación de factores neurológicos, patológicos y sensoriales. Algunas -porque hay más- de las principales causas incluyen:

1. Sensibilidades Sensoriales

Una de las características comunes del autismo es la hipersensibilidad sensorial, que afecta la percepción del sabor, textura, olor, sonido e incluso la apariencia de los alimentos. Los niños con autismo suelen tener una aversión a ciertos alimentos debido a estas sensibilidades, lo que les lleva a ser extremadamente selectivos o «picky eaters».

2. Rigidez Cognitiva y Conductual

El TEA también se caracteriza por una rigidez cognitiva, lo que puede hacer que las personas autistas se resistan a probar nuevos alimentos. Esto, combinado con rutinas repetitivas, puede resultar en una dieta muy limitada. Muchos niños con autismo -y no tan niños- solo aceptan un número reducido de alimentos, a menudo basados en patrones específicos de preparación o presentación.

3. Ansiedad

La ansiedad, que es común en personas con autismo, también puede agravar los problemas alimentarios. Las comidas pueden ser eventos estresantes, lo que lleva a la evitación de alimentos o al desarrollo de trastornos como la Evitación/Restricción de la Ingesta de Alimentos (ARFID), una condición que se ha identificado con mayor frecuencia en personas con TEA​.

4. Problemas Gastrointestinales

Los problemas digestivos, como el reflujo gastroesofágico, el estreñimiento o las intolerancias alimentarias, son frecuentes en personas con TEA. Estas molestias pueden hacer que los niños asocien ciertos alimentos con dolor o incomodidad, lo que a su vez refuerza la evitación alimentaria​.

 

Manifestaciones Comunes

Algunas señales de alarma son las siguientes:

  • Similitud de texturas en su dieta habitual
  • Predilección por ciertos colores en su alimentación
  • Rechazo absoluto a cualquier alimento nuevo
  • Alteración de las temperaturas
  • Rigidez en las formas de los alimentos
  • Rechazo progresivo a los alimentos que comía

Podéis seguir viendo más señales de alarma en el artículo que escribimos sobre los SIGNOS DE ALERTA

 

Los desórdenes de alimentación en el autismo NO son un TCA

El DSM-5 nombra los siguientes trastornos de la conducta alimentaria:

Pica, Rumiación, Trastorno de restricción/evitación de la alimentación, Anorexia nerviosa, Bulimia nerviosa, Trastorno por atracones, Otros trastornos alimentarios o de la ingestión de alimentos  especificados (por ejemplo, anorexia nerviosa atípica y el síndrome del comedor nocturno) y el Trastorno alimentario o de la ingestión de alimentos no especificado.

Mala catalogación = malos abordajes

A menudo los desórdenes de alimentación en el autismo se confunden y se abordan como un TCA dando pésimos resultados y agravando mucho más el problema. Los desórdenes de alimentación en el autismo NO son un problema de conducta y NO son un TCA. 

 

 

Mitos, dietas y peligros

Ante tal situación donde el estado emocional de la familia se va degradando muchas familias recurren a dietas milagro para mejorar o incluso curar el autismo de su hijo o hija. Pero lo que consiguen es empeorar la salud del menor y la economía familiar. La tan famosa dieta libre en gluten que no tiene ningún sentido si el niño no tiene alergia o intolerancia a dicha proteína hasta un exceso de suplementación sin supervisión médica para paliar las carencias nutricionales de los niños que no tienen una alimentación saludable.

Y es que hay un gran negocio detrás de todo esto, así que lo mejor es consultar con un médico que no tenga vinculación alguna con la industria alimentaria y/o farmacéutica.

 

Impacto en la Salud y el Desarrollo

Los desórdenes de la alimentación en personas con TEA pueden tener un impacto profundo en su salud física y desarrollo. Las dietas restrictivas pueden llevar a deficiencias nutricionales, como la falta de vitamina D, calcio o hierro, lo que afecta el crecimiento, el desarrollo óseo y el sistema inmunológico. También se han observado casos de malnutrición, que puede tener efectos a largo plazo en el desarrollo cognitivo y conductual.

Además, los problemas de alimentación pueden tener un impacto social y emocional, generando aislamiento en situaciones donde compartir una comida es una forma importante de interacción social. El estrés relacionado con las comidas puede afectar tanto al niño como a la familia, creando una dinámica tensa en torno a los horarios de comida.

 

Entornos del niño: aplicaciones distintas en cada lugar

La coordinación entre todas las personas que están presentes en los distintos entorno del niño es primordial. Un programa de intervención iniciado en el hogar, por ejemplo, que se extiende al comedor escolar y se puntualiza en el centro de terapias es muy positivo puesto que se trabaja con el niño a varios niveles.

La aplicación en los entornos naturales de la vida real del niño es la culminación para terminar con esta problemática.

En el hogar

Se debe empoderar a la familia, es casi una obligación para poder lidiar con los problemas que presenta el niño. Además deben de tener un abanico amplio de herramientas para lograr avances ya que la hora de comer puede ser un momento muy desagradable que hay que resolver para convertirse en una acción placentera.

En la escuela

En el comedor escolar se trabajan dificultades como son comer con el resto de niños, lidiar con sonidos y otros estímulos, con comida distinta a la del hogar, con diferentes rutinas… La imitación como efecto de comer con sus compañeros es muy positivo, siempre que el programa esté diseñado correctamente.

En la sala de terapias

Trabajar las dificultades que presente el niño con los especialistas pertinentes ayudará a superar ciertas patologías que presente y que puede resolver el logopeda, el psicólogo, o el terapeuta ocupacional, entre otros. Dentro de un mismo programa es idóneo que las pautas sean extendidos a los 2 entornos anteriores, hogar y escuela.

 

 

Formación específica

Tal y como hemos visto tenemos ante nosotros 2 enormes complicaciones: por un lado un problema muy extenso y complejo, por otro, desconocimiento y falta de formación específica que abarque todos los problemas relacionados con la alimentación. No solo deben de estar formados los profesionales del área educativa y los terapeutas, es que los médicos y especialistas deben de estarlo. Seguimos viendo casos donde un pediatra no sabe alertar a la familia porque cree que el niño es caprichoso con la comida, un gastroenterólogo que no sabe de autismo absolutamente nada, un neuropediatra recetando antipsicóticos para que el menor coma, un nutricionista que sabe qué debería de comer ese niño pero no sabe transformar los alimentos para que le resulte llamativo, no invasivo y placentero… lamentable.

 

Conclusión

Los desórdenes de alimentación en personas con autismo son comunes y multifactoriales, afectando tanto su bienestar físico como emocional. Comprender las causas subyacentes, como las sensibilidades sensoriales y la rigidez cognitiva, es clave para abordar estos problemas de manera efectiva. Con una formación integral es posible superar el desorden, mejorar los hábitos alimenticios y, con ello, la calidad de vida de las personas con TEA y sus familias.

Podéis ver muchos más artículos en esta web dedicados a toda la temática que envuelve la alimentación en el autismo.

 

 

Referencias

  1. Cornish, E. (2020). A balanced approach to eating disorders in autism: a new paradigm. Journal of Autism and Developmental Disorders, 50(8), 1-10.
  2. Fattorusso, A., et al. (2020). Autism spectrum disorders and the gut microbiota. Nutrients, 12(2), 526.
  3. SWAN (2023). SWAN’s work on autism & eating disorders with CAMHs services across Scotland.

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