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En la población con autismo, y más especialmente en la etapa infantil, es muy común encontrar un nivel muy elevado de hipersensibilidad alimentaria. Ya sean problemas derivados de alergias, intolerancias, así como una gran lista de problemas ligados al aparato digestivo, y por extensión problemas de alimentación.

La hipersensibilidad alimentaria en niñas y niños con autismo es mucho más común de lo que se pueda pensar, y en ellos se han centrado precisamente en un estudio de revisión 1 que ha analizado precisamente este aspecto concreto. El estudio ha sido publicado en la Revista Europea de Pediatría.

El metaanálisis concluyó que la hipersensibilidad alimentaria se asoció con un mayor riesgo de autismo, así como de una correlación entre la hipersensibilidad alimentaria y el autismo.

Sin embargo, esta hipersensibilidad alimentaria ligada al autismo decae a partir de los 12 años. No está claro si tiene que ver con cambios relacionados con la adolescencia, si con una regulación de la microbiota, o un cambio en las conductas alimentarias, o una combinación de todas ellas.

Obviamente la hipersensibilidad alimentaria no se da en el 100% de las personas con autismo, pero si es una de las comorbilidades que generalmente podemos encontrar, siendo además algo que sigue necesitando más investigación. Ya que muchos de los efectos pueden desaparecer con el tiempo, y más en concreto a partir de la adolescencia, pero no está claro si el hecho de el cambio hormonal tiene un efecto directo en la microbiota, o que con el tiempo los problemas sensoriales que generan impactos en la alimentación se reducen y generan un menor efecto. Realmente se requiere más investigación sobre este particular.

A medida que la ciencia nos da más información sobre estos aspectos entendemos mejor los procesos relacionados, de la misma forma nos damos cuenta de que las dietas restrictivas que proponen algunas empresas del sector de los suplementos alimenticios, obviamente solo se sustentan por el negocio que representan y no tanto por una realidad biológica.

En Cocina Adaptada vemos a diario como la regulación de estos procesos desde un abordaje amplio genera efectos positivos y de largo plazo. Tal y como hablamos AQUÍ cuando abordamos los aspectos relativos a la microbiota o a los aspectos sensoriales , o incluso los aspectos relativos a la conducta, hay una línea que delimita las necesidades de cada persona, y esta línea puede variar mucho en cada persona, pero lo que es obvio es la importancia de dar relevancia a las necesidades reales de la persona, y sobre todo, tener claro que la conducta suele ser la consecuencia de algo, y no el problema en sí.

Como hemos venido reflejado en nuestro blog, vemos como cada día se están poniendo de manifiesto los efectos directos de los desordenes de alimentación en el autismo, y que cada día la evidencia científica está siendo más clara en este gran conjunto de datos, a veces inconexos, pero es evidente que la relación directa entre muchos de los efectos visibles del autismo y la regulación en la alimentación de la población con autismo están ligadas.

 

Bibliografía:

1 . – Li, H., Liu, H., Chen, X. et al. Association of food hypersensitivity in children with the risk of autism spectrum disorder: a meta-analysis. Eur J Pediatr (2020). https://doi.org/10.1007/s00431-020-03826-x

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