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La transición: del ABA a la crianza consciente en el autismo
¿Qué es el ABA?
ABA en el autismo se refiere a la Terapia de Análisis Conductual Aplicado, que es un método común utilizado para “ayudar” a niños con autismo a desarrollar habilidades y reducir comportamientos perjudiciales. ABA se basa en el refuerzo positivo de comportamientos deseados y según los profesionales que lo aplican es efectivo para mejorar el comportamiento, la atención, las habilidades lingüísticas y la memoria, y en disminuir los comportamientos negativos.
Durante años se adjudico al método ABA como la única forma de intervención en el autismo y, llegando otros métodos y otras visiones diferentes, hoy en día es una terapia muy cuestionada. Aunque sigue teniendo muchos defensores, el número de detractores está aumentando de forma muy rápida.
¿Por qué el ABA tiene tantos detractores?
Existe cierta controversia en torno a la terapia ABA en la comunidad del autismo. Algunos críticos argumentan que puede ser demasiado rígido y centrado en el cumplimiento en lugar de abordar las causas subyacentes del comportamiento, mientras que otros creen que puede ser perjudicial si no se implementa correctamente.
También existe preocupación sobre el potencial de que la terapia ABA se use como un medio para «normalizar» a las personas autistas en lugar de aceptar y celebrar sus diferencias. Sin embargo, los defensores de la terapia ABA argumentan que se ha demostrado que es eficaz para mejorar el comportamiento, la atención, las habilidades del lenguaje y la memoria, al tiempo que disminuye los comportamientos negativos en los niños con autismo. Mismo discurso, mismo mantra.
Nosotros hemos visto y presenciado dichas terapias y no las defendemos en absoluto. También tienen su visión respecto a la alimentación en el autismo, podéis leer esta entrada y emitir vuestra propia opinión.
Del ABA a la crianza consciente en el autismo
Vamos a ver ahora una visión totalmente opuesta a la modificación de conducta: la crianza consciente.
¿Qué es la crianza consciente?
La crianza consciente es una técnica de crianza que se enfoca en la atención plena y la conexión emocional entre el cuidador y el niño. En el contexto del autismo, la crianza consciente puede involucrar la implementación de estrategias específicas para ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y reducir comportamientos inapropiados.
¿Por qué tiene tantos adeptos?
La crianza consciente tiene muchos adeptos porque se centra en la conexión emocional y la atención plena entre el cuidador y el niño, lo que puede ayudar a fomentar una relación saludable y amorosa. Además, la crianza consciente se enfoca en las necesidades individuales del niño, lo que puede ayudar a mejorar su autoestima y su capacidad para tomar decisiones acertadas.
En el contexto del autismo, la crianza consciente puede ayudar a los padres y cuidadores a comprender mejor las necesidades específicas del niño y a implementar estrategias efectivas para fomentar el desarrollo social y reducir los comportamientos inapropiados.
La transición: Del ABA a la crianza consciente en el autismo
El ABA, o Análisis de Conducta Aplicado, es un enfoque terapéutico ampliamente utilizado que se centra en la enseñanza de conductas específicas a través de recompensas y consecuencias. Aunque el ABA apuesta por mejorar ciertas habilidades y comportamientos en niños con autismo, también ha sido criticado por ser demasiado rígido y no tener en cuenta las necesidades y preferencias individuales del niño.
La crianza consciente, por otro lado, es un enfoque que se basa en la empatía, la conexión y el respeto mutuo entre padres e hijos. Implica comprender y responder a las necesidades emocionales del niño, y proporcionarle un entorno seguro y de apoyo para que crezca y se desarrolle. La crianza consciente suele parecer un enfoque más holístico que aborda al niño en su totalidad y no sólo su comportamiento.
La transición del ABA a la crianza consciente puede ser un proceso gradual que requiere paciencia. Puede implicar la reevaluación de los objetivos y métodos de la terapia, así como el aprendizaje de nuevas habilidades y estrategias para conectar con el niño y prestarle apoyo. En última instancia, el objetivo de esta transición es crear una relación más positiva y fortalecedora entre padres e hijos, que se centre en generar confianza, fomentar el crecimiento y promover el bienestar. comprensión y flexibilidad.
Conclusiones
Elegir la metodología adecuada al niño con autismo no es tarea sencilla, pero sí debe cumplir unos parámetros que para nosotros son básicos:
Entender y empatizar con el niño, respetar sus diferencias y no pretender normalizar o cambiar para que el niño sea neurotípico, el niño es autista y siempre lo será pero sí hay que proporcionarle las herramientas necesarias para desenvolverse en la vida y, para ello, también hay que establecer límites, hay que explicar lo que está bien de lo que está mal. Tampoco podemos dar por buenas intervenciones que no contemplen los aspectos sensoriales ni las patologías que pueden darse.
Ver al niño en todo su conjunto es básico, pero hay que saber elegir bien los abordajes los cuales no deben ser extremistas. Ni hay que forzar ni hay que dejar, el tiempo es oro y lo que tenemos es que trabajar.
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